Sin ánimo de hacer proxenetismo de la recurrente expresión ¡Mira tu DNI! y ni mucho menos entrar en discusiones socráticas, me pregunto ¿Es posible la innovación y el mestizaje en la cocina sin que se pierda el legado cultural gastronómico de un pueblo? En mi experiencia personal, sí, pero me asaltan las dudas cuando me cruzo con una suerte de personajes que tienen a bien llenar su retórica de anglicismos en su mayoría innecesarios y frecuentemente estúpidos.

No hace muchos días, tuve la suerte de cruzarme por el mundo hertziano con una fenomenal entrevista al premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk, en el espacio de Pepa Fernández (No es un día cualquiera) reflexionaba sobre la importancia de la tradición en la identidad de un país, en su alocución decía que, aunque la herencia cultural de un pueblo es la base sobre la que se define este mismo, esto no debía ser una losa que le impidiera avanzar, por que lo más importante es que somos personas libres y que, en nuestra libertad, estamos en la obligación de entender y actualizar estas mismas tradiciones. En pocas palabras, nuestra historia y nuestro acerbo son, en sí mismos, los motores de nuestra propia evolución.

Observo, con tristeza he de decir, como en muchas empresas de restauración se impone la costumbre anglosajona del manual del empleado, una suerte de Mein Kampf de pacotilla en los que se hace apología de un indecente culto al líder, y se postula por la supresión de cualquier identidad personal del trabajador que no conduzca a una mayor gloria de la marca y de su propietario (es curioso ver como Stalin supo dejar su semilla en el capitalismo…). Observo, también, como estas mismas empresas diseñan sus ofertas gastronómicas, en base a unos supuestos estudios de mercado que dictan las tendencias sobre los gustos de sus clientes; muchas de las veces estos datos se obtienen de las famosas encuestas de calidad que se entregan a los clientes una vez abonada la factura, y que se componen de un pequeño formulario de unas cinco o seis preguntas, cuyas escuetas respuestas son utilizadas a modo de biblia por los grandes sabios de la gestión… Me pregunto si estas tarjetas son capaces de mirarte a los ojos… El caso es que el resultado de este proceso, se dirime en un meeting, donde un consejo de monosabios, ofrece su propia translation a un CEO que, never ha visto la face de sus company actives (clientes) y decide que, la mejor oferta gastronómica de su brand es un wok, elaborado por una persona que, no sabe ni lo que significa esa palabra, en una playa del Mediterráneo, eso sí, acompañado de unas horribles french fries. Suena bastante ridículo ¿Verdad?

Me encanta recordar la escena de la película La Amistad en la que, Joseph Cinqué le cuenta a John Quincy Adams, como, cuando se encuentra en una situación muy difícil, vuelve la vista hacía sus ancestros reclamándoles ayuda y consejo, y sabe que acudirán, porque en ese momento, él, es la única razón por la que han existido. Suena épico ¿Verdad? Hoy quisiera emular a Cinqué, quisiera volver la vista a mis ancestros, quisiera me contaran quien soy y que me recordaran que sigo siendo quien ellos fueron. Hoy quisiera que ellos guiaran mi mano al freír unos ajos, hoy reclamo su ayuda y su consejo para conseguir un sofrito cremoso y contundente, porque hoy, mi cocina, es el único motivo por el que ellos han existido… Señor CEO, esta es mi Philosphy Card.

Hoy, mi libertad, me permite actualizar mis tradiciones, hoy, mi libertad, me permite mestizar ingredientes traídos desde tan lejos que, solo la imaginación es capaz de acercarlos a mí; hoy, mi libertad, me exige que no olvide quien soy, un hijo del Mediterráneo, un recipiente donde confluyen miles de años de historia, de potajes, de gazpachos y de Sol.

Para terminar, como siempre, un poco de música. Tengo el lujo de traeros un vídeo de Evoéh, unos chicos con un maravilloso proyecto que, recupera la música y la poesía de todo el territorio ibérico, con la maravillosa voz de Ariana Barrabés y el virtuoso Jesús Olivares a las cuerdas, si algún responsable municipal ha tenido a bien leer este artículo, les recomiendo que les contrate, merece mucho la pena, os dejo también enlace a su perfil de facebook, ser generosos y darle un me gusta ( o like, como prefiráis llamarlo) para echar una mano a que se difunda su maravilloso trabajo Evoéh Facebook, el vídeo en cuestión es su visión de un antigua canción sefardí, en idioma judeoespañol, donde nos cuentan las siete formas de guisar una berenjena… ahí es nada, que los disfrutéis.

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